domingo, 17 de junio de 2012

Poda de Arbustos


Poda de Arbustos


PODA DE ARBUSTOS

 Respuestas a los interrogantes que se presentan al momento de decidir si podar o no hacerlo y las técnicas apropiadas para cuando llegue el momento de cortar.
 Textos: Ricardo González Junyent, María del Carmen Echenique y Alicia Dobra. 
Fotografías: Diana Roglich
 
 
Consideraciones generales
La poda es una práctica que implica considerar aspectos básicos sobre la planta y su entorno. Quien realice dicha tarea, previo a iniciarla, debe conocerlos. La poda de arbustos no es la excepción, por lo que queda incluida en esta afirmación.
Deben ser conocidos los requerimientos climáticos, edáficos, características fisiológicas y botánicas de las especies; aspectos ornamentales como tamaño, forma, tipo de follaje (persistente o caedizo), hábitos de crecimiento, floración y fructificación del ejemplar que requiere ser podado.
Esta consideración significa que si bien pueden seguirse conceptos de poda básicos, es necesario ajustarlos en función de cada especie y del lugar en el que la misma se desarrolla.
 
 
El mantenimiento de un espacio verde, público o privado, requiere una planificación adecuada respecto del manejo de las especies que lo componen. Se debe asegurar que cada planta disponga del espacio físico requerido en su estado adulto para poder expresar su potencial genético. Asimismo, que sus características ornamentales se perpetúen en el tiempo y que las ramas muertas, quebradas o con procesos de decaimiento interno de la madera sean retiradas para evitar situaciones de riesgo.
La poda es una de las prácticas que debe ser tenida en cuenta en este plan de manejo. Consiste en remover de modo total o parcial las partes leñosas o herbáceas activas de una planta, resultando afectado su comportamiento fisiológico. Al considerarse a la planta como una unidad, debe tenerse presente que al quitar una parte activa de la misma se afectan las relaciones existentes entre sus órganos y las funciones que ellos cumplen.
 
 “Magnolia soulangeanaLos arbustos de floración temprana no deben podarse en época de reposo por que se eliminan yemas florales. Una poda leve debe efectuarse de inmediato una vez terminada la floración”.
 
Al mismo tiempo no debe perderse de vista que la poda es una práctica debilitante.Luego de una poda severa suele observarse que la planta reacciona produciendo brotes individuales significativos, lo cual puede llevar a sacar como conclusión que la planta se vigoriza, sin embargo esto es erróneo. Cuando se poda sobre madera de varios años se está retirando buena parte de las reservas de la planta, a la vez que se limita la posibilidad de volver a generarlas al reducir su número de hojas. Si esta práctica se realiza permanentemente, las reservas se van agotando y en consecuencia la planta vivirá menos años. Por otro lado, en cada corte se genera una herida que se constituye en una posible vía de entrada de patógenos.
A fin de mantener una planta sana, fuerte, joven y aportando su máximo valor paisajístico, se presentan en esta entrega aspectos básicos para facilitar al lector la adopción de los criterios más apropiados para proceder a efectuar cortes que realmente sean justificados y para que pueda considerar cada situación de poda como un caso único e irrepetible.

 
 
Un aspecto importante en la planificación de la poda es el de disponer de las herramientas adecuadas y los elementos de seguridad que permitan no correr riesgos innecesarios en la realización de la tarea. Sin embargo dichos preparativos escapan a los objetivos de este artículo y no serán desarrollados en esta oportunidad. Sólo se exponen algunos aspectos técnicos referidos a los tipos de poda y de cortes que pueden efectuarse.
LA PODA DE ARBUSTOS
Los arbustos adquieren su máximo valor ornamental cuando su crecimiento es natural y este no se ve alterado por podas sistemáticas e irracionales. En términos generales, puede decirse que la mejor poda para ellos será la que menos se note y aquella que se realice teniendo en cuenta cuál es el carácter ornamental más destacado de la especie en cuestión e intente privilegiarlo.

 
 
Al podar un arbusto se deberá tener presente que podrá optar por proceder a la eliminación o raleo de ramas y/o al acortamiento de ramas.

Poda de eliminación o raleo de ramas: se eliminan las ramas desde la base. Este modo de poda logra una planta menos compacta, más abierta, que mantiene su forma y tamaño original, que recibe luz y aire en el interior de su copa y con mejores condiciones sanitarias en el ramaje interior. (Figura 1)
 
Poda de acortamiento de ramas: se suprime una parte variable de la rama. El corte se hace a la altura de una yema ubicada en una posición que se considere apropiada para que el nuevo brote, que desarrollará a partir de ella, lo haga en la dirección deseada.(Figura 2) 
Si se efectúa un fuerte acortamiento se van a obtener brotes largos y vigorosos. Si el acortamiento es menor, al quedar más yemas, se van a obtener renuevos más débiles y numerosos. Esto permite equilibrar el vigor de cada rama para que el desarrollo de la copa sea homogéneo (Figura 3).
También existe la posibilidad de hacer la poda por encima de alguna ramificación lateral existente en la rama que se está acortando. De este modo el crecimiento continuará a partir de ella y el corte quedará disimulado por el follaje. (Figura 4)
Este tipo de cortes disminuyen el tamaño de los arbustos sobre los que se interviene, favorecen el desarrollo de ramas laterales y dan como resultado una copa más compacta. También evitan que prevalezcan los tallos envejecidos, despoblados de ramas o sin follaje, en la parte baja de la planta.
Si la poda se practica periódicamente sobre ramas de poco diámetro, aplicando una u otra de las técnicas descriptas, o ambas a la vez, puede lograrse un buen balance entre crecimiento vegetativo, floración y fructificación, una buena entrada de luz hasta la base y que el arbusto mantenga sus atributos ornamentales por mucho tiempo.
Lo peor que puede hacerse es no intervenir por muchos años y luego pretender corregir estructuras arbustivas envejecidas con podas drásticas que causan heridas importantes y graves desequilibrios en el funcionamiento de la planta.
SITUACIONES PARTICULARES
Una vez conocidos los aspectos generales de la poda, vamos a describir algunos casos especiales.
Poda de eleagnus: En especies de follajes disciplinados deberán quitarse las ramas que no presenten esa característica y se han vuelto totalmente verde.


Arbustos con follaje de valor ornamental
Por ejemplo: eleagno (Eleagnus pungens) aucuba (Aucuba japonica), evonino (Euonymus japonica), teucrio (Teucrium fruticans), berberis o agracejo (Berberis sp.).
La poda debe limitarse a retirar ramas enfermas, quebradas, entrecruzadas, envejecidas o aquellas que se van de tipo, respecto del hábito de crecimiento predominante.
Esto último implica, por ejemplo, que en una especie en la que la mayoría de sus ramas tienen una posición erguida deberían extraerse aquellas que tienden a desarrollar en posición horizontal o hacia abajo ya que originan entrecruzamientos y superposiciones no deseadas.
En especies de follajes disciplinados (verdes y amarillos o cremas) deberán quitarse las ramas que no presenten esa característica y se han vuelto totalmente verdes. En arbustos como Cineraria maritima y Santolina sp (follajes grises) en los que sus flores no tienen un gran interés visual, estas deben quitarse en sus primeras etapas de desarrollo, para evitar competencia con el follaje y asegurar una estructura compacta de la planta. Si se las deja florecer se ve afectada la producción de follaje y la estructura de la planta se desluce perdiendo valor ornamental.
No requieren una poda especial. Sólo necesitan una poda de raleo y eliminación de ramas muertas y mal formadas. Si es necesario controlar su tamaño, hacerlo en la primavera temprana acortando sobre una lateral.
Si se buscan arbustos compactos, bien enramados desde la base, pueden pinzarse (pellizcarse) durante primavera-verano. Esta poda se realiza desde su formación y durante toda la vida de la planta.

Poda de cornus: Debe realizarse para renovar aquellas ramas que comienzan a envejecer para privilegiar la obtención de nuevos brotes que presenten el color rojizo de la corteza”

Arbustos cultivados por el carácter ornamental de su corteza en invierno
Por ejemplo: Cornus sanguinea, con corteza roja, y Cornus stolonifera ‘flaviramea’, con corteza amarilla.
La poda debe realizarse en forma tardía a fines del invierno o principios de primavera renovando aquellas ramas que comienzan a envejecer en las que la corteza se resquebraja y pierde su color llamativo. Se privilegia la obtención de nuevos brotes vigorosos que presenten el color característico de la corteza.
Arbustos cultivados por su floración o fructificación destacada 
 
Los arbustos adquieren su máximo valor ornamental cuando su crecimiento es natural y no se ve alterado por podas sistemáticas e irracionales.

En este caso debe conocerse cómo y cuándo se produce la floración, ya que una poda mal efectuada puede conducir a que esta no ocurra por uno o más años.
Así hay arbustos que representan distintas situaciones:
1. Arbustos de floración temprana
La floración se produce a fines de invierno o inicios de primavera, sobre madera del año anterior o de más de un año. Estos arbustos no deben podarse en época de reposo por que se eliminan yemas florales. Esta práctica, en especies que florecen a lo largo de toda la rama, disminuiría la floración y en las que florecen sólo en el extremo, la impediría. Una poda leve debe efectuarse de inmediato una vez terminada la floración para permitir el desarrollo de nuevas yemas floríferas.
Algunos ejemplos
  • Lila (Syringa vulgaris): las flores desarrollan en madera del año anterior a partir de yemas terminales. Una poda de acortamiento en invierno en esta especie implica la pérdida total de la floración.
  • Forsitia (Forsythia sp): las flores surgen en madera del año anterior a lo largo de toda la rama.
  • Membrillero de flor (Chaenomeles japonica): las flores desarrollan sobre dardos de dos o tres años en madera del año.
  • Otras especies de este grupo: kerria japonica, corona de novia (Spiraea thumbergii y Spiraea cantoniensis), tamarisco (Tamarix gallica), nandina (Nandina domestica), bola de nieve (Viburnum opulus), Magnolia soulangeana, Deutzia japonica.
2. Arbustos de floración en primavera avanzada–verano–otoño
La floración se produce sobre madera formada en esa temporada. Dichos arbustos requieren una poda más severa que el grupo anterior porque deben renovarse continuamente los tallos que ya florecieron, La cual se hace a la salida del invierno. En general para mantener una planta bien formada y joven es apropiado efectuar un plan de poda que contemple la renovación total de la misma a cumplirse en ciclos de 4 a 5 años (renovación anual de 1/4 a 1/5 de las ramas de cada ejemplar) dependiendo esto del ritmo de crecimiento.
Corona de novia roja (spiraea bumalda):Los arbustos que florecen en primavera avanzada verano-otoña requieren ser podados a la salida de invierno para que renueven de modo continuo los tallos que ya florecieron.
Algunos ejemplos:
Rosales (Rosa sp), retama (Spartium junceum), lavanda (Lavanda angustifolia)rosa de siria (Hibiscus syriacus), budleias (Buddleja davidii.), corona de novia roja (Spiraea bumalda).
A modo de conclusiones, se desean brindar algunas recomendaciones generales: antes de proceder a podar cualquier ejemplar haga un análisis cuidadoso del mismo.
En función de lo que la planta le ha mostrado al observarla, conociendo cuáles son los caracteres ornamentales que se desean destacar, cuál es su hábito de crecimiento y de floración, se estará en condiciones de iniciar la tarea. Al año siguiente observe la planta podada, vea si esta reaccionó según lo esperado.
Revea lo hecho, trate de encontrar explicación a lo sucedido. Si identifica errores vuelva a intentar corrigiéndolos. No deje de recordar que el mantenimiento del jardín debe desarrollarse en un marco de preservación del medio ambiente que respete el hábito natural de crecimiento de las especies.
 
Puede decirse que la mejor poda es la que menos se nota y aquella que se realiza privilegiando el carácter decorativo más destacado de la especie.

Bibliografía
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Brickhell, C.Pruning shrubs. The Royal Horticultural Society’s Encyclopaedia of Practical Gardening. 1978.
Echenique, M. del C., González Junyent, R. y Dobra, A. II Curso de Poda de Especies Ornamentales. Facultad de Ciencias Agrarias. UNCo. 60 pag. 1998.
Fritsch, R. La Poda de Arbustos Ornamentales. Ed. Susaeta. ISBN 978843050021. 2001.
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Verdeguer Monge, A.. La Poda de Arbustos Ornamentales. Madrid: Servicio de Extensión Agraria Nº 23-241/79 H D Neografis, S. L. Santiago Estévez. I.S.B.N.: 84-341-022. 1979.

Ricardo González Junyent, María del Carmen Echenique y Alicia Dobra son docentes de la Cátedra de Parques, Jardines y Floricultura de la Facultad de Ciencias Agrarias. (Universidad Nacional del Comahue).